Ruta realizada en solitario del 8 al 12 de Junio de 2009. Por
motivos de trabajo que no vienen al caso, me encontré con la necesidad de una
"huida" que me desconectara temporalmente del mundanal ruido. En uno
días planifiqué la ruta e hice las maletas.
Salí de Barcelona a las 10.00 horas, dado que la previsión meteorológica anunciaba lluvias por la tarde, para ir directamente por autopista hasta Vandellós donde tomo la salida rumbo Mora d'Ebre, Gandesa y Calaceite, ya en la comunidad aragonesa. El cielo estaba cubierto pero no amenazaba lluvia. Una vez en Calaceite me dirigí a Horta de Sant Joan vía Arens de Lledó.
Di una vuelta por Horta, ciudad picassiana y me dirigí a
Valderrobres. Antes de llegar y en la rotonda que desvía Valderrobres y Beceite
me paro a comer en un restaurante.
Después de comer me dirigí a Beceite pues era temprano y el tiempo lo permitía. El
motivo principal para acudir a Beceite era la búsqueda de una pista que
sospechaba (el Autoroute así me lo indicaba) transcurre desde Beceite a Horta o
a Tortosa. Antes de la comida y a unos dos kilómetros de Horta de Sant Joan
había cogido un desvío señalado como "Puertos" en la búsqueda de esta
pista. Recorrí unos 15-20 kilómetros por una pista asfaltada que efectivamente
te internaba en los puertos pero no hallé indicaciones y no podía demorarme en
la búsqueda. Di la vuelta no sin antes disfrutar del paisaje.
En fin, después de la comida y una vez en Beceite me dirijo
al Parrizal por una pista. Un
cañón-garganta natural por donde transcurre el rio Matarraña. Cogí la pista
principal durante unos 6-8 kilómetros hasta que me encontré con una cadena
cortándome el paso.
Me detuve, hice 4 fotos y giré sobre mis pasos para
regresar a Beceite y posteriormente a La Fresneda donde tenía reservado hotel.
Casi llegando a Beceite (a unos dos kilómetros) observé un desvío marcado
dirección Fredes (20 Kms) y otro al Mont-caro(40 kms) pero no los examino.
Llegué a La Fresneda sobre las 17.30 horas y me dirigí al
hotel El Convent. Magnífico hotel en las dependencias de lo que fuera un
convento del siglo XVII. Cabe significar que por esas fechas (temporada baja
todavía y entre semana) encontré este hotel con una oferta irrechazable.
Enseguida me di cuenta que era el único huésped del hotel por lo que todas las
dependencias comunes estaban a mi disposición. Me presentan la habitación y
tras una ducha me instalé en ella. Bajé y merendé un delicioso jamón de Teruel
y unos quesos deliciosos. Volví a la habitación para descansar un poco y preparar
la ruta del día siguiente. Cené mas tarde en el mismo hotel y sali a dar una
vuelta por el pueblo.
El aire medieval de sus edificios me transporta a otra
época. Se le despierta a uno la imaginería. Hace poco alguien decía que los
moteros somos los sucesores de los antiguos hidalgos, o exploradores a lomos de
sus caballos. Y quizás tengan razón, al circular por estas tierras en moto te
sientes cual caballero andante.
Al día siguiente, de buen mañana, y tras desayunar, realice
un tour fotográfico por el pueblo. Realmente tiene rincones muy bonitos. Su
casa consistorial, la plaza mayor, su mazmorra (abierta a publico en horario
determinado) y su iglesia.
Tras todo ello, tenía previsto un bucle de 250 kilómetros
pasando por dos puertos de montaña. El puerto de Cuarto pelado (1.612 metros) y
el puerto de Villarluengo (1.130 metros).
Salí sobre las 11.15 horas dirección
Valderrobres, Ráfales, Aguaviva y desciendo sentido sur por Castellote y Bordón
hasta llegar al bonito pueblo de Mirambel, pueblo amurallado con una potente
evocación medieval. Sorprendente.
Desde Mirambel se inicia una subida hasta Cantavieja asentada
al borde del precipicio que forman las verticales pendientes que se alzan
frente a mí.
Una vez rebasado Cantavieja se suceden los puertos antes
citados, desde los que las vistas sobre los barrancos y valles son soberbios.
Es un tramo excitante para recorrerlo en moto. El paraje es totalmente
solitario, apenas hay circulación y tengo la barriga "pegá". De
repente, me encuentro con el Hotel de la trucha cuando ya pensaba que no
encontraría nada. Comí un menú a relativo buen precio.Posteriormente y poco antes de alcanzar el Cuarto pelado y una vez rebasado Cañada de Benatanduz se inicia un endiablado descenso por el borde de un precipicio calcáreo por el valle del rio Cañada. Tras el descenso te encuentras con los Órganos de Montoro.
Fascinante. Una vez llegado a Ejúlve
y hasta Alcorisa la conducción es todavía divertida. Una vez pasado Calanda se coge
la autovía hasta Alcañiz. Repuesto en Alcañiz y me dirijo a Torrecilla de
Alcañiz donde me meto por una pista dirección a un poblado ibérico que no
encuentro (olé para el explorador) y enlazando pistas (anchas) acabo
encontrando una antigua estación de tren
abandonada donde me doy un descanso.
Regreso al Hotel, ducha de rigor, preparativo para el día
siguiente y posterior cena concluyen un día fantástico.
Para el segundo día tenía previsto un bucle de 360
kilómetros que acaban convirtiéndose en 400 por un pequeño error en la
realización de la ruta. En fin, bienvenidos fueron esos kilómetros de más.
La intención era visitar Monroyo y dirigirme a la Sierra del Rayo, en pleno corazón del maestrazgo, donde están los puertos más altos y la estación de esquí de Valdelinares.
A las 10.00 horas partí dirección Fuentespada, Monroyo y
Morella donde me detuve para descansar y observar este bonito pueblo. La intención era visitar Monroyo y dirigirme a la Sierra del Rayo, en pleno corazón del maestrazgo, donde están los puertos más altos y la estación de esquí de Valdelinares.
Sus imponentes murallas le dan un carácter histórico y monumental. Impresionante. Luego descendí dirección sur hasta Castellfort y Mosqueruela atravesando el puerto del mismo nombre y 1.450 metros de altura. Sigo descendiendo hasta Rubielos de Mora y Mora de Rubielos por el puerto de Linares (1.720 metros) con unas vistas sorprendentes sobre el Maestrazgo.
Pasado Mora de Rubielos y dirección norte te encuentras con el puerto de San Rafael de 1.600 metros y posteriormente el puerto de Gúdar de 1.560 metros hasta llegar a la localidad de Allepuz donde la carretera mejora sensiblemente aunque luego vuelve a estropearse al encarar el puerto de Sollavientos (1.468 metros). Una vez pasado este puerto me detuve a comer en una fonda en Villarroya de los Pinares. Esta zona es bastante arida. En el pueblo me encontré las únicas motos del viaje.
Concluida la comida me dirigí al puerto de Villarroya (1.655 metros), entre pinares asciendo dirección norte hasta Cantavieja y Mirambel, esta vez desviándome por el Forcall y La Balma donde me detuve a fotografiar un monasterio enclavado en la piedra de la montaña.
Continué la ruta dirección Aguavia y desviándome por Belmonte de Mezquin hasta La Portellada y La Fresneda finalmente.
Un bucle perfecto con alternancia de asfaltos. Desde buenos
a criminales predominando estos últimos.
Una vez en el hotel y tras la ducha, le consulto al
propietario sobre la famosa pista que une Beceite con Tortosa. Efectivamente me
confirma que existe. Que se coge al salir de Beceite dirección al Parrizal, el
mismo desvío que había observado 2 días antes. Me contó que es un camino de
piedras con subidas y bajadas en su primera mitad, a una altura media de 1.000
metros hasta llegar sobre los 40 metros llegando a Tortosa. Me asegura que es
una pista apta para 4x4 pero no para coches normales. Bien, confirmado. La
pista llega hasta el pico del Montcaro (1.440 m) a 40 Kilómetros de distancia y
luego 20 kilómetros del Mont-Caro hasta Tortosa pero ya en carretera asfaltada.
La carretera que sube al Mont-Caro es muy excitante, con buen asfalto y con un
desnivel de más de 1.300 metros en 12-13 kilómetros.
En fin, una vez concluida mi conversación con el
"jefe" fui a tomar algo a la plaza mayor del pueblo, donde se reúnen en
las terrazas todas las tardes y antes de la cena, los habituales del lugar.
Disfruto oyendo las conversaciones y
admirando la belleza de la plaza. Consulté por un lugar donde cenar para variar
un poquito. En una tienda de alimentación la dueña me indicó una fonda-hostal
donde comer. En realidad se trata de un Hostal Rural llamado "La
Grancha" muy recomendable por cierto. El establecimiento es nuevo del 2008
y me contaron sus propietarios, una
pareja de Zaragoza, que con la crisis y la fuerte inversión que han hecho estan
temerosos pero esperanzados. Salí de cenar a las 22.00 horas y directo a la
habitación del Hotel a descansar.
La previsión para el día siguiente era regresar a Barcelona
pero también tenía pensado alargar un día más en función de cómo me encontrara.
Como estaba fenomenalmente bien viajando solo decidí quedarme un día más.
Sin pensarlo dos veces
opté por atravesar "Els Ports" cogiendo la pista que enlaza
Beceite con Tortosa. Salí a las 10.00 horas sin maletas, cargué 10 litros de gasolina en Valderrobres y fui directamente a Beceite - El Parrizal. Efectivamente, se trataba de la misma pista que a la derecha te señala Fredes y Montcaro. Activo el Tracklog en GPS para no perderme y al coger el desvío me encuentro con el paso de un río que atravieso sin problemas. Los primeros 10 kilómetros son una ascensión de 550 metros de salida hasta los 1.200 aproximadamente. Subidas continuas en una pista repleta de piedras. Pasados los 10 kilómetros empieza un descenso hasta los 900 metros sobre el mismo tipo de pista. A partir de los 20 kilómetros la pista mejora sensiblemente puesto que los desniveles merman. Los últimos 6 kilómetros prácticamente son planos hasta los pies de Mont-Caro donde empieza el asfalto que te sube hasta la cima. Hice todo el recorrido de un tirón, sin paradas. Los primeros kilómetros al ver tanta piedra y en subida y sus curvas estuve tentado de no arriesgar y dar media vuelta pero no me deje vencer y tire hacia delante. Para una maxitrail con neumáticos mixtos es un camino un pelín complicado y mas yendo solo pero al margen de un pequeño susto y el calor que hacía completé el recorrido satisfactoriamente.
Contento me relajo en la cima del Montcaro que es
espectacular. En un día claro se puede otear el macizo de los Puertos, el Baix
Ebre, El Delta del Ebre. En fin unas vistas fantásticas.
He recorrido unos 1.000 kilómetros a caballo entre los
parques naturales de El ports de Besseit y El Maestrazgo y realmente he quedado
hipnotizado de esas tierras, de sus gentes, del paisaje duro y agreste, de la
soledad de los parajes y la tranquilidad del entorno. Las carreteras de lo más
variadas predominando los asfaltos rotos y parcheados, pero en cuanto a
trazados son divertidas y excitantes. Es un viaje para repetir.
Para la vuelta tenía pensado lo que aborté el primer día por
la climatología. Es decir Calaceite, Gandesa, Vinebre, Cabacés, Porrera y
Riudecols donde comí. Desde Riudecols me dirigí a Valls donde cogí la autopista
directo a Barcelona.