Partimos Ignasi y un servidor el 3 de Agosto a las 8 de la mañana dirección Claviere, pueblo en la misma frontera alpina entre Francia e Italia y donde teníamos habitaciones reservadas previamente.
Aburrida autopista hasta Grenoble y desde aquí hasta Claviere unos 130 Kms. de las primeros puertos alpinos (Lautaret y Montgenevre) que aunque algo bacheados nos quitan el sopor de la autopista. Nos encontramos ya con las primeras motos y en especial una BMW R 1150 R acariciando el asfalto con sus maletas laterales. Llegamos sobre las 19.00 horas al hotel.
A la mañana siguiente partimos a las 9.00 horas de Claviere dirección Kranjska Gora por autopista vía Torino, Milán y Venecia. Fue una jornada muy tediosa con un calor asfixiante, con mucho tráfico, tramos de autopista en obras, y con el inherente peligro de los italianos al volante.
Llegamos a las 18.15 horas en una jornada para olvidar. Como recompensa a todo ello nos hospedamos en un excelente Hotel (Lek) con una completísima zona de Wellness . El personal del hotel muy atento y cordial se preocupó de que nuestras monturas no quedaran a merced de la lluvia y las "alojaron" en un pasillo de acceso al almacén y zonas privadas. Un diez para el personal del hotel.
Para el día siguiente tenemos previsto un bucle corto de unos 180 kilómetros que nos llevará a la preciosa localidad de Bled, famosa por su lago donde emerge una bonita iglesia en un islote y un castillo medieval muy bien conservado que se alza en un promontorio dominando el lago y a espaldas de las montañasJulianas. Muy bonito.
Posteriormente nos dirigimos a Ukanc bordeando un precioso lago de aguas cristalinas. Comemos por el camino y volvemos a constatar que estos eslovenos son ciertamente muy cordiales.
El día amaneció nuboso y conforme avanzaba la tarde fue empeorando. De regreso al hotel pillamos un pequeño chubasco que empapó las carreteras. No fue impedimento para un esloveno con su MZ que nos levantó los adhesivos. Quiero suponer que o bien se le incendiaba la casa o algún familiar suyo corría algún tipo de peligro. Llegamos al hotel y usamos y abusamos de la zona Wellness donde tienes un amplio servicio a tu disposición. Simplemente genial. Cena tipo buffet libre pero con los platos típicos de la zona. Excelente.
Nos dirigimos hasta el mítico puerto de Vrsic que nos recibe con una niebla espesa que nos impide ver nada.
Descendemos por el valle de Soca hasta Bovec para desviarnos a la derecha dirección Italia para ascender al Predil Pass. Tomamos un refresco en un terraza a los pies del precioso lago Predil. Fantástico.
Regresamos sobre nuestros pasos hasta Bovec para llegar hasta Kobarid donde comeremos unas pizzas en una terraza de esta bonita localidad. Volvemos por donde hemos venido hasta el Vrsic Pass el cual coronamos esta vez sin niebla. La vista del macizo Triglav y los alpes julianos es tremenda.
El Vrsic Pass tiene algunas características particulares como tener las curvas numeradas y estas a su vez adoquinadas. Es decir tanto en la frenada de entrada a la curva como en la salida de la misma estas bajo adoquines. Muy entretenido. También hay una curiosa iglesia rusa construida en la II guerra mundial por el ejército ruso.
El 7 de Agosto dejaremos los alpes julianos para adentrarnos en los cárnicos por tres pasos de montaña ( Casón di Lanza, Sella de Ciampigiotto y Sella di Razzo) muy estrechos y lentos en medio de bosques tupidos donde apenas llega la luz diurna.
Pasaremos por el lago Auronzo di Cadore llegaremos a los alpes dolomíticos culminando 4 pasos (Guiau, Fedaia, Karer i Niger) de un trazado espectacular ,con buen asfalto y atestado de moteros; y llegaremos hasta Scena ya en el Sudtirol en una etapa de 350 kilometros puramente alpinos.
Llegados al hotel en Scena (Italia) nos encontramos con la historia de esta zona del norte de Italia que anteriormente era el Tirol austríaco hasta que Mussolini se la apropió dándole el nombre de Alto Adige o Sudtirol. Pues bien, aún tratándose de Italia sus gentes se sienten austríacos hasta tal punto que en toda la región las señales están en ambos idiomas.
Después de estar toda la noche lloviendo salimos dirección al Paso del Stelvio (mítico entre los míticos) para ascenderlo de nuevo puesto que el año pasado también lo coronamos. Una vez llegados nos asaltan las dudas por cuestiones horarias y climatológicas y decidimos descartarlo.
Nos dirigimos hasta el paso dil Fuorno y el Fluela Pass. En este último puerto nos encontramos por primera vez en cinco años a una pareja de Logroño con los cuales departimos un rato. Ella había preparado la ruta y el (no recuerdo sus nombres) estaba dominado por el síndrome de Stendhal: Maravillado por el paisaje renegaba no haber venido antes y la vez que prometía volver al año siguiente con su hermano y amigos. Reanudamos la marcha y nos dirigimos a Davos por un esplendida carretera que posteriormente nos acercará a Tiefencastel.
Proseguimos dirección al Oberal Pass. Las primeras gotas de lluvia caen sobre el casco. Paramos y nos enfundamos los trajes de agua antes de que llueva más fuerte.
Subimos sin problemas hasta llegar a Andermatt. Una vez pasado este bonito pueblo y dirección a Gletch te encuentras con el Furka.
Desde el pueblo veíamos las nubes sentadas en lo alto de puerto. Llueve débil pero persistentemente hasta que llegamos arriba. La niebla no nos abandonó hasta la cima. Bajamos por la carretera bastante empapada hasta llegar a Gletch y posteriormente llegar a Oberwald. Llegamos al hotel sobre las 18.30 horas. El hotel estaba regentado por un alemán y una thailandesa. Disponía de una pequeña sauna la cual disfrutamos para posteriormente ingerir una cena thailandesa en pleno corazón del Valais suizo concluyendo una bonita jornada.
Se daba la curiosa circunstancia que España acababa de ganar la Eurocopa de fútbol celebrada conjuntamente entre Suiza y Austria.
Por este motivo los españoles
gozamos de un 50% de descuento en el billete de tren. Llegados a la
estación de tren de Interlaken sacamos el tíquet y subimos en una combinación
de trenes y estaciones hasta los pies de la Jungfrau (la princesa encantada) el
Eiger (el ogro) y el Monch (el monje), tres moles de 4.000 metros. El ascenso es simplemente espectacular con
unas vistas impresionantes de montañas y valles suizos y una vez llegado arriba
es acojonante: los tres picos, el glaciar; te sientes con cierta falta de
oxigeno y tocando el cielo. Visitamos el palacio de hielo donde orientales en
chancletas hacen equilibrios para no caerse.
De nuevo en Interlaken, recogemos las motos del parking para regresa a Oberwald después de un día majestuoso. De camino nos paramos en Meiringen en un bar a pie de carretera donde hemos parado los últimos 4 veranos. La propietaria, una bella señora de edad avanzada nos reconoce y nos recibe muy afectuosamente. Nos prepara unas salchichas con cheaps con inmediatez y nos despedimos calurosamente.
Ahora afrontaremos el archiconocido Grimselpass para llegar al hotel. Una delicia.
Abandonamos elValais por la Forclaz i el Col des Montets con unos paisajes preciosos. El día acomapaña.
Pasamos por Chamonix y oteamos el Mont-Blanc al descubierto libre de brumas y nieblas. Majestuoso. Una vez en Francia nos dirigimos al Coll de Saisiers ya en la Savoia francesa. Muy bonito. Una carrera ciclista nos impide hacer el Col du Pré así que nos desviamos dirección al Cormet de Roselend presidido con una precioso lago y muy buenas vistas. Después toca La Madeleine todo un clásico del Tour de France. El trazado por una de sus caras es abominable.
Llegamos al hotel sobre las 18.30 horas. Ducha y cena y a las 10.00 postrados en la cama reventados. Mañana no tocan 750 kilómetros hasta Barcelona todo por autopista. Se acabaron los paisaje idílicos por este año.
El 11 de Agosto salimos a las 10.00 horas de San Jean de Maurianne.
Ha sido un bonito viaje de este a oeste por la cordillera alpina recorriendo un total de 21 puertos de montaña y unos 3.600 kilómetros en total.
No hay comentarios:
Publicar un comentario