El objetivo de esta ruta es enlazar los parques
naturales franceses de Cévennes, Vercors y Ecrins. En un viaje que desde
Barcelona representan unos 2.500 kilómetros aproximadamente y que realizamos en
6 días.
Salimos el miércoles 4 de Agosto Ignasi y un servidor dirección Francia, pasamos la frontera, dirección Beziers para posteriormente dirigirnos Saint Thibery en la región francesa de Languedoc-Rousillon donde abandonamos la autopista tras unos 300 Kilómetros.
Cerca de las 13.00 horas nos detuvimos para comer. Estábamos en Francia y esta gente almuerza muy temprano.
Encontramos una brasería a pie de carretera donde comimos un menú por 12 aurelios. Luego nos dirigimos al Cirque de Navacelles; una curiosa depresión en forma de cráter de paredes calcáreas donde se cobija el pequeño pueblo de Navacelles. Esta fue nuestra puerta de entrada al parque, eso es, por el extremo suroeste. Nos vamos adentrando en el parque y las carreteras se vuelven sinuosas y reviradas. Buena señal. Subimos hasta Le Vigan, L'eperou en un recorrido espectacular y con magnificas vistas panorámicas.
Coronamos el Col de la Sereyrède y vamos dirección a Meyrueis. Desde aquí enfilamos un collado que nos llevó a Florac y posteriormente llegamos a Mende donde teníamos el hotel reservado. Cenamos en el mismo hotel cuando empezó a llover. Lluvia que según las previsiones, duraría hasta la mañana siguiente.
Amaneció nublado pero sin llover así que tras un copioso
desayuno montamos nuestras motos para realizar un bucle de 300 kilómetros por
el parque de Cevennes.
Partimos de Mende hacia Ste. Enimie bonito pueblo encajado
en el fondo de un valle y a espaldas de un río. En un mirador cercano a este
pueblo conocimos a una pareja de suizos de edad avanzada, de unos 80 años que
viajaban en su coche Mercedes y una minicaravana de 25 años de antigüedad. Una
pareja encantadora.
Descendemos hasta La Malene y nos dirigimos hasta las Gorges du Tarn. Hasta aquí el asfalto y el trazado son una maravilla. Pasado La Malene la carretera se adentra en la misma pared del desfiladero du Tarn. Resulta muy placentero circular por este desfiladero imponente así que lo hicimos a una marcha conveniente. Una vez llegado al bonito pueblo de Le Rozier giramos a la izquierda por el desfiladero de la Jonte hasta Meyrueis que dejamos atrás cogiendo la D-996 hasta el cruce que, de nuevo a la izquierda, nos llevó a los pies del Monte Aigoual de unos 1.567 metros el pico más alto por estos lares. Descendimos dirección Vallerouge donde nos zampamos un entrecote con patatas.
Una vez comido bajamos hasta Le Vigan para conectar con St. Hypolitte du Fort. Una vez pasado Saint Hypolitte du Fort ascendimos hasta Saint Jean du Gard y pasamos el Col de St. Pierre adentrándonos en la Corniche de Cevennes: una cornisa con agradable vistas que llega hasta el Col de Solperiere en un trazado estupendo.
Llegamos a Florac y repetimos el mismo tramo que el día anterior que nos llevó hasta Mende. Ducha de rigor en el hotel, una sesión fotográfica por el pueblo, unas cervezas y a preparar el equipaje que a la mañana siguiente toca traslado de parque nacional.
Descendemos hasta La Malene y nos dirigimos hasta las Gorges du Tarn. Hasta aquí el asfalto y el trazado son una maravilla. Pasado La Malene la carretera se adentra en la misma pared del desfiladero du Tarn. Resulta muy placentero circular por este desfiladero imponente así que lo hicimos a una marcha conveniente. Una vez llegado al bonito pueblo de Le Rozier giramos a la izquierda por el desfiladero de la Jonte hasta Meyrueis que dejamos atrás cogiendo la D-996 hasta el cruce que, de nuevo a la izquierda, nos llevó a los pies del Monte Aigoual de unos 1.567 metros el pico más alto por estos lares. Descendimos dirección Vallerouge donde nos zampamos un entrecote con patatas.
Una vez comido bajamos hasta Le Vigan para conectar con St. Hypolitte du Fort. Una vez pasado Saint Hypolitte du Fort ascendimos hasta Saint Jean du Gard y pasamos el Col de St. Pierre adentrándonos en la Corniche de Cevennes: una cornisa con agradable vistas que llega hasta el Col de Solperiere en un trazado estupendo.
Llegamos a Florac y repetimos el mismo tramo que el día anterior que nos llevó hasta Mende. Ducha de rigor en el hotel, una sesión fotográfica por el pueblo, unas cervezas y a preparar el equipaje que a la mañana siguiente toca traslado de parque nacional.
El parque de Cevennes ha sido todo un descubrimiento. A
pesar de ser Agosto, es una zona poco concurrida de turistas y agradable de
visitar. Sus vertiginosas carreteras entre barrancos y hendiduras en la montaña
son muy divertidas y los paisajes fantásticos.
El 6 de agosto enlazamos la zona de Cevennes con el Vercors. Se trata de una etapa de enlace de unos 250 kilómetros que afrontamos por carreteras secundarias que resultaron ser muy divertidas, ideales para superbikes. Carriles anchos, curvas rápidas enlazadas, en definitiva un trazado noble y bien asfaltado.
Partimos de mende sobre las 9.30 horas dirección Pradelles,
Lamastre y Tournon para luego descender hacia Romans sur Isere. La temperatura
era fría en altura pero al descender se mantenía moderada.
Nos dirigíamos al parque nacional de Vercors entrando por
Port en Royans dirección Villard de Lans atravesando las gargantas de Bourne.
Espectacular trazado encaramado entre el rio y la montaña adentrándose esta en
la carretera en forma de balconadas y túneles naturales sorprendentes. El
trazado se vuelve muy sinuoso y estrecho. Adelantar se hace difícil por lo que
disfrutamos del desfiladero a ritmo tranquilo.
Llegados a Villard de Lans vamos hacia el Hotel La Rosarie
al cual cito para recordar no volver a poner los pies.
Para mañana tenemos un bucle por Vercors. Un recorrido de
264 kilómetros por las serpenteantes carreteras de este parque nacional.
Tras el desayuno y con un día radiante por delante salimos a
las 10.00 horas dirección Las Balmes de Rencurel para luego coger la D35 para
coger la ruta des Ecouges, pero unas discrepancias con el GPS nos llevaron a un
desvío hasta Presles donde hicimos parada técnica en un albergue.
Posteriormente fuimos hacia Saint Jean en Royans dirección sur hasta Beafort sur Gervanne. Nos detuvimos a comer en Lente.
Luego pasamos el Col de la Machine y al llegar al pie del Coll de la Bataille nos encontramos con el paso "fermé". Tuvimos que improvisar un enlace vía Bouvante para poder llegar a Beaufort. Llegados a Beaufort y pasando por Saint Julien en Quint llegamos a Die para coger posteriormente el Col de Rousset.
Puerto con muy buen trazado pero con el asfalto parcheado. Recuerdo que nos pasó una suzuki GSX 750 "volando"...
Quedaban unos 50 kilómetros hasta el hotel al cual llegamos sobre las 19.00 horas y como de costumbre: unas cervezas, una cena y a la piltra.
En día y medio recorrimos el parque nacional. Este también
nos causó una grata impresión en cuanto a carreteras, puertos y paisajes. Estos
quizás ya tienen más altura que en el
anterior por lo que parece que vamos ascendiendo de parque en parque. El
próximo será el parque nacional de Ecrins, ya en los alpes.Posteriormente fuimos hacia Saint Jean en Royans dirección sur hasta Beafort sur Gervanne. Nos detuvimos a comer en Lente.
Luego pasamos el Col de la Machine y al llegar al pie del Coll de la Bataille nos encontramos con el paso "fermé". Tuvimos que improvisar un enlace vía Bouvante para poder llegar a Beaufort. Llegados a Beaufort y pasando por Saint Julien en Quint llegamos a Die para coger posteriormente el Col de Rousset.
Puerto con muy buen trazado pero con el asfalto parcheado. Recuerdo que nos pasó una suzuki GSX 750 "volando"...
Quedaban unos 50 kilómetros hasta el hotel al cual llegamos sobre las 19.00 horas y como de costumbre: unas cervezas, una cena y a la piltra.
La próxima etapa nos servió para enlazar Vercors con el
parque Ecrins en unos 77 kilómetros pero que completamos con un bucle que nos
llevó a dos puertos míticos: el Glandón y el Galibier.
Salimos de Villard de Lans sobre las 9.00 horas con buen
tiempo. Partimos dirección Lans en Vercors
y Grenoble. Evitamos entrar en la ciudad por el sudeste dirección Claix.
Desde aquí hasta Vizille y oh lalá!!:
las imponentes montañas alpinas se
presentaban frente a nosotros. Hacemos parada técnica en Le River antes de
afrontar el Glandón. Posteriormente ascendimos hasta el puerto en un muy buen
ambiente motard. Ciclistas, autocaravanas iban subiendo en procesión hasta el
puerto. En la cima nos encontramos con una gran ambiente motociclista.
Fotografías de rigor de un paisaje siempre fascinante: Los Alpes. Su magnitud
es majestuosa.
Descendimos el Glandón
con un asfalto parcheado y paramos a comer en Saint Colomban des Villards. Para
la tarde nos quedaban varios puertos así que había que reponer fuerzas.
Después
de comer afrontamos primero el Col du Telegraph para luego acometer uno de los
míticos puertos de montaña alpinos: el Galibier. Era tal la cantidad de moteros
que subían que acabamos mezclándonos. Una vez arriba, lo de siempre. Vistas
impresionantes, moteros, ciclistas etc. Entre estos últimos vimos a un grupo de
ciclistas de Berga en el último repecho de la ascensión y en el ocaso de sus
fuerzas. Con dos ...
Descendimos hasta La Grave e improvisamos un extra en la
etapa. Recorrimos el Col de la Sarenne que comunica Clavans en Haut Oisans con
Alpe d'Huez. Menudo puerto, me atrevería
a decir que solo apto para trails. Un asfalto horroroso, agujereado, con grava,
badenes... Pero al llegar a Alpe d'Huez te encuentras de bajada el mítico
puerto del Tour de France con sus curvas numeradas y un perfecto asfalto. Sobre las 18.00 horas nos dirigimos
al hotel, esta vez en Deux Alps a 1.800 metros de altitud, que en verano siempre
viene bien.
Y llegamos al último día alpino. Nos amaneció soleado y nos
dispusimos a iniciar un bucle de 270 kilómetros por la Savoia francesa y
circulando por la denominada Ruta de los Grandes Alpes.
Nos dirigimos hacia La Grave para volver a repetir el Col de Lautarate antes de iniciar el ascenso al Col d'Izoard. Estos dos puertos son una delicia con un asfalto en óptimas condiciones y el típico trazado alpino con curvas de herradura y enlazadas. Impagable. Como cada día por estos lugares nos encontramos a infinidad de moteros. Hacemos cumbre y tras lo típico (no me repetiré) iniciamos el descenso. Que delicia de puerto.
Pasado este paramos a comer en una terraza antes de Brunissard.
Tras la comida continuamos descendiendo hasta Gillestre y Savines le Lac que, como su nombre indica, está enclavado a orillas de un lago enorme donde la gente practica todo tipo de deportes acuáticos. Continuamos hasta Chorges y Corps. Paramos a descansar antes de afrontar el Col de Ornon que nos llevó hasta Le Bourg d'Osians y luego hasta el hotel en Deuz Alps.
Punto y final de una ruta muy recomendable que une tres parques nacionales y que tienen los tres un denominador común: Unas carreteras de altura, sinuosas y retorcidas donde disfrutar circulando en moto.
Nos dirigimos hacia La Grave para volver a repetir el Col de Lautarate antes de iniciar el ascenso al Col d'Izoard. Estos dos puertos son una delicia con un asfalto en óptimas condiciones y el típico trazado alpino con curvas de herradura y enlazadas. Impagable. Como cada día por estos lugares nos encontramos a infinidad de moteros. Hacemos cumbre y tras lo típico (no me repetiré) iniciamos el descenso. Que delicia de puerto.
Pasado este paramos a comer en una terraza antes de Brunissard.
Tras la comida continuamos descendiendo hasta Gillestre y Savines le Lac que, como su nombre indica, está enclavado a orillas de un lago enorme donde la gente practica todo tipo de deportes acuáticos. Continuamos hasta Chorges y Corps. Paramos a descansar antes de afrontar el Col de Ornon que nos llevó hasta Le Bourg d'Osians y luego hasta el hotel en Deuz Alps.
Punto y final de una ruta muy recomendable que une tres parques nacionales y que tienen los tres un denominador común: Unas carreteras de altura, sinuosas y retorcidas donde disfrutar circulando en moto.
El último día completamos 700 kilómetros hasta nuestras
casas. Una pequeña penitencia que hay que pagar.
Bonito relato y experiencia. Me vendrá bien para planificar mi ruta, pero en coche... Gracias.
ResponderEliminar